El Coral

El coral es el esqueleto de un pólipo. Estos animales para sostenerse, construyen un esqueleto de carbonato de calcio, así en el fondo de los mares se forman grandes colonias de celenterados. Hay pólipos de seis y de ocho tentáculos, estos últimos son los que se utilizan en joyería pues son los más compactos. Los de los de seis son los de los corales de los arrecifes y no tienen valor comercial como gemas.

El color más común del coral es el rojo, y sus matices llegan hasta el blanco. Comercialmente se distinguen por el color en: moro, rojo rosa, piel de ángel y blanco.

El coral rojo intenso que vemos en algunas fotos, y que recordamos de las joyas familiares, solo existe en el mar Mediterráneo, donde está severamente controlada su pesca y extracción por las autoridades de todos los paises ribereños.
El llamado coral piel de ángel no es cualquier coral rosa, es un tono blanco rosado, como la piel de un ángel de porcelana antiguo, de ahí su nombre. Las piezas de este tono de color mantenido y uniforme en toda su superficie son de gran valor.

Coral piel de ángel

El coral es una gema de alto precio. En todas las gemas el precio está en relación con su rareza y escasez, sino los ejemplares buenos y de gran tamaño, que son los que escasean. El coral actualmente se vende al peso, pero como pasa con los brillantes o las perlas, su precio no mantiene una relación proporcional tamaño/precio, este aumenta de manera desorbitada en cuanto se trata de una pieza de gran tamaño, es decir en un collar a partir de las cuentas de 10 mm de diámetro se hace prohibitivo.

Encarecen el producto varios factores, la prohibición por motivos medioambientales; la dificultad de la pesca pues el coral de buena calidad se encuentra a gran profundidad, unos 150 m; el poco aprovechamiento de las piezas, ya que se desperdicia casi todo y la misma desaparición de las especies coralinas debido a la degradación del medio marino.

Con el coral hay que tener mucho cuidado para que no nos den gato por liebre, ya que actualmente el mercado está lleno de falso coral. Por un lado están los corales “reconstituidos, hechos con polvo de coral y resina, las imitaciones más o menos buenas en plástico, resina o cristal, y lo que es peor los llamados coral bamboo o manzana, que aunque sean igualmente productos marinos, no son coral en absoluto. Este llamado “coral natural” es natural, porque no es sobrenatural ni artificial, vamos que un plástico no es, pero es una especie de tronco calizo muy poroso y teñido de algún tipo de pólipo, concha, o cualquier otro producto duro capaz de coger el tinte que necesita para que pensemos que es autentico coral.

Cuidados necesarios

El coral es carbonato de calcio. Como el coral es un material orgánico, es más débil que otras gemas ante ciertos agentes químicos, lo mantendremos como a las perlas lejos de jabones, perfumes, cremas, y otros productos de higiene, como ciertos repelentes para insectos, incluso el sudor puede alterarlo.

Lo mejor es limpiarlo suavemente con un paño de algodón húmedo y si se quiere lustrar admite bien la cera virgen líquida. Como las turquesas y las perlas puede deshidratarse, así que es necesario evitar también las fuentes de calor directas, luces, radiadores, etc. Cuando pierda el brillo se puede llevar a pulir a una joyería especializada y quedará como nuevo.